miércoles, 21 de marzo de 2012

LA PALABRA ALADA


La poesía es

Tan sólo

Como una mariposa,

Del huevecillo a la larva,

De la simple palabra al verso,

Del verso al poema,

Pero como las mariposas

Su vida suele ser efímera,

Como la mariposa que sale de su crisálida,

Despliega sus alas de inmaculada belleza,

Realiza su vuelo inaugural y trágicamente único

Y luego muere.

Habrá servido tanto trabajo de la naturaleza para un breve instante,

Sí, mil veces sí,

Al final la palabra se dice, y se olvida,

Pero el poeta no escribe como quien hace un monumento en piedra,

Lo hace para suscitar el sentimiento, para liberar la emoción,

Para hacer pensar a quien la lee sobre una idea trascendental,

No importa que la mariposa muera al minuto de su vuelo tornasol,

Allí está

Su develamiento al mundo de la vida,

Aun a costa de su muerte.

domingo, 26 de febrero de 2012

LA APACIBLE TORMENTA


En memoria de Alberto Delgado Araoz

Tenía la alegría simple
Como las tardes
De fútbol y frutillada,
De música y abrazo luego de darse
De ramalazos en la cancha de tierra,
En algún lugar de tu Cusco,
Antigua Ciudad,
Que aprendió de tu paso tranquilo,
De tu serena mirada,
Silbo contigo tus canciones de verano,
Compartió tu lonchera y
Tu sonrisa breve
Cuando fuiste el campeón de las canicas
Pero nunca dejó de estudiar
Colegial palomilla
En los exámenes finales
El primero de la clase,
Chanconcito!

Y cuánto podemos decir,
De cuando adultos
Podíamos conversar por horas,
De tanto temas, tantos,
Y podía acabarse el trago,
pero jamás
La discusión
Abierta y apasionada,
Pero nunca aleve,
Donde todos terminábamos
Siempre
Siendo más amigos
Con una guitarra en la mano,
Entonandonos los waynos,
y harawis de tu tierra milenaria.

Tu mirada iba más allá de los problemas,
Pues cuando las papas quemaban
Allí estabas tú,
cavilando soluciones,
concertando corazones,
discrepando,
Pero cuidando el camino
de unidad,
Sin desmayo,
Como la oración devota del domingo,
Allí estabas tú
infallable,
tesudo,
impenitente,
pues sabías como ninguno
el arte del entendimiento.

Y aqui estamos ahora,
Recordando
tus recuerdos,
pocos pero limpios,
que nos dicen ahora
que ya no te veremos más,
en las reuniones,
plumón en mano,
escribiendo con tu letra cuidada
de educador cristiano,
las eternas enseñanzas
de amor y paz.




miércoles, 8 de febrero de 2012

DIOSES MORTALES, HOMBRES ETÉREOS








Acaso

Te rendiste

Ante las zancadillas que el destino,

Entre las puertas

Y al pie de las escaleras,

Se apresura a trabarte.


Acaso

Tu flamígera bandera

Ha sido atrapada

En medio del fuego cruzado de la vida.

Dónde quedaron los cuerpos inmanentes

Que flotaban en la lava volcánica

En los días que erupcionaban sin sol

En medio de una pila de naipes desgastados por el azar

Colillas quemadas a medio fumar

Y botellas sonrientes

Arrojadas por la pleamar.


Dioses mortales, finitos,

Prisma opaco que no refracta la música de las esferas,

Hombres etéreos, arena suspendida en el tiempo,

Dónde puedo hacer de tu voz

La singular colación de todos los astros.

Y así tú,

Luis,

Luis Alberto,

Luis Alberto Spinetta,

Te marchaste,

Con tus lentes invictos

Y una partitura inconclusa,

Alineadas tus guitarras –una junto a otra- te tributan su último acorde

De fiesta y luto.


Adiós genio,

Adiós,

Te vas solitario y feliz

Rasgando tus cuerdas,

Adiós

Llévate dos rosas y una sinfonía de Piazolla

Y en medio de todo,

El corazón de un pibe pobre

Que ha tatuado en sus oídos

Tus obras completas.


Adiós flaco,

Pero antes cántame de nuevo tu canción favorita

Déjame tu poster de feria,

Tus gafas de miope,

Adiós, camina despacio

Y no corras en el coche

No te apures,

Pues

Nada podrá la noche

Frente el fulgor

De tu estrella

Que mortecina y azul

Todavía nos alumbra.


Tu tocayo,

Elepé