sábado, 16 de mayo de 2009

Trifoliar


Ces nymphes, je les veux perpétuer.
Si clair,
Leur incarnat léger, qu'il voltige dans l'air
Assoupi de sommeils touffus.
Aimai-je un rêve?
Mon doute, amas de nuit ancienne, s'achève
En maint rameau subtil, qui, demeuré les vrais
Bois même, prouve, hélas! que bien seul je m'offrais
Pour triomphe la faute idéale de roses.
"L'après-midi d'un faune", Stéphane Mallarmé




Tres poemas hernadianos:

CUARTETO OPUS 131

A través de la soledad de los tejados,
Como frutos malvados de la noche
Los últimos cuartetos de Beethoven:
Igual los ha de oir
Quien en deseo vaga
O aquel que solitario yace
Junto a la mujer
Con quien ya jamás ha de soñar.

Gato, mi querido y sordo gato,
Yo sé que a través de tus patas,
A través de tu aciaga cabellera
Y la noche que me envuelve,
Hemos vuelto a beber,
Hemos llegado
A tener un lugar bajo los cielos.

CANTO CUARTO

Reposando en el cuenco de la luna
Y con los ojos tan lejos
Que se diría
hierba de los lagos;
Y sobre ti, nieve dulce que los años pacen:
El terror de este canto
O su ternura oculta entre el follaje
Como la boca de un venado.
Sobre ánforas muertas y sepultos espinos,
La rama del corazón es posible
Y se alza y te toca, impalpable caricia
A través de tu pecho desleído.
Y luego el viaje en tren
Y aquella dama lánguida
Sonriendo veloz a telégrafos y búhos:
'Dennis, Dennis, tú no estás,
Pero las yeguas paren.'

La espina del Sol, 
Desde el reloj de piedra, 
No los ojos primeros tasajea 
Sino cegadas máscaras, memoria 
De lo no vivido, fruto insomne 
Que antecede a la semilla.


ODA A LA ALEGRIA/AU DIE FREUDE

El cielo tiene varios
Momentos
El momento azul
Cuando no hay
Ni una nube
Y los cuerpos
Bajo el sol
Corren
Se secan
Compran bebidas
Dulces
Como el océano
A través de las cuales
Puedes ver
Un mundo rojo whisky
Sobre las rocas
O cerveza helada S/.15
O algún licor
 
Que se recuerda
Lejanamente
Bajo un farol
Yuyos anémonas
Hidras asfódelos
Y risas arena
Esparcida
Sobre la playa
Es un horizonte sereno.






Luis Hernández un poco más de veinte años ha,  era tan solo el librito escondido que iba a rondar casi todos los días en la vieja librería Horizonte en los portales de la Plaza San Martín.  Su valor superaba mis magros ingresos, pero un día animado por el amable vendedor, decidí comprar y quedarme sin siquiera el pasaje de regreso a casa...Pocos conocían a Luchito, solo unos cuantos connaisseurs, rendian secreto culto a su lírica poética...Hoy en día, como escribí en algun otro lugar, todos son sus amigos, y hasta quienes hicieron escarnio de sus males, ahora fungen de exegétas, haciendo fortuna y fama con su dolor convertido en poesía.  Felizmente, son muchos más los que redescubren cada día que la prístina sencillez de su voz poética oculta, bajo la línea de flotación, el iceberg creciente de un discurso cultural y literario incomensurable. Tal vez dentro de poco sean legiones, y entre ellos los más jóvenes, quienes abracen sus poemas como se abraza una muchacha ( alguna vez recopilados los cuadernos que aún se encuentran perdidos), y henchidos los corazones repitan sus versos, silbando despreocupados "L'après-midi d'un faune" de Debussy, y pensando el próximo bar y la siguiente cerveza... (Elepé)