jueves, 1 de abril de 2010

II. No hay más luz que tu cuerpo


Yo no quiero más luz
que tu cuerpo ante el mío
Miguel Hernández


No hay más luz que tu cuerpo,
Tu cuerpo que se derrama copiosa
Entre las fisuras de la vieja puerta,
Que se filtra por la ventana, sin sol y sin cortinas.

Te tomo entre mis manos trigo de doradas espigas,
Avecilla de fuego atrapada entre mis brazos,
Tesoro escondido en el altar fulgurante de tu pecho.
Tu cuerpo de luz se aspergía en sideral espectro
Escapa saltando entre las sombras de las paredes,
Y reaparece, sediento y titilante,
Como los luceros enredados entre las tejas faltantes de mi techo,
Intento atraparlo desde los agujeros por donde se proyecta luminiscente
Y solo quedan en mis pupilas los claros del cielo,
Por donde se cuela, ciega y taciturna
La noche holgada por un baño de plata,
Noche que cabalga con la luna,
Sobre mi lecho y el piso desnudos.

Bebo de tu luz,
Lamo, palmo a palmo, tu vientre,
Recorro tus colores y te digo
Que eres tan solo,
La estrella de medianoche
Que se refleja en tu piel tatuada por mis besos,
Pálida pantalla de papel Japón
Donde despliego los versos orates de un amanecer de espaldas al mar
Mañana que golpea con sus olas blasfemas tus muslos de arena
Amanecer donde aparezco adormilado entre la cárcel de tu cuerpo
En ese espejo de amor que cura todas mis heridas
Y que lanza sus mariposas con aliento a madreselvas
Fragantes como un sueño.

Porque nada del sol, nada de la luna,
Ninguna otra destellante estrella fugaz
Ni miríadas de luciérnagas de vuelo rasante,
Ni el más bello arco baleno que pare la lluvia preñada por el sol,
Nada reemplaza tu luz,
Así te reclaman mis mañanas.
Celaje de marzo,
Como el silencio,
Como el aire que se mece,
Entre el rayar del alba y la mañana,
Cuando tú y yo nos encontramos
Y surge el amor,
Como un rayo que vence
A las horas
Y hace triunfar a las cobijas.

Post scriptum: Dentro poco menos de siete meses celebraremos 100 años del nacimiento de Miguel, y recordamos hace unos días y todavía con estupor e indignacion 68 años de su absurda e injusta muerte en presidio. Por todo ello tenemos la convicción de que no hay mejor metáfora de su vida y obra que considerar estas como un canto de luz...Confieso que aún nos faltan unos poemas para completar este sencillo homenaje que iniciamos hace unas semanas y que culminaremos oportuna, pero desde este blog proclamamos desde ahora el 2010 como "Primer Centenario del nacimiento de Miguel Hernández".