En memoria de Carlos Iván Degregori Caso (1945-2011)
Qué es la patria
Y teorizo,
Más allá de una comunidad imaginada,
Una historia forjada en victorias pírricas
Y grandes tragedias colectivas,
Una patria escasa de héroes y abundancia de cobardes,
Tierra arrasada, de dignidades mancilladas y traiciones.
Qué es la patria
Y observo
Esa señora misteriosa,
De presidentes enanos y caudillos empinados,
Ataviada desnudez con sedas blanquirrojas
Y charreteras militares,
Ídolos fabricados,
Y chamusquina revestida
De egos colosales.
Qué es la patria
Y me pregunto
Hoy que celebramos con banderas y fanfarria militar,
Marchan tiesos los soldados,
Y en el estrado de honor
Gordos mandatarios y dóciles ministros
Lanzan sus eructos de poder,
Mientras los congresistas juramentan disciplinados
Al tintineo de unos soles,
Pensando sus emolumentos antes que en el deber ciudadano,
Qué tales hijos de puta.
Nuestros padres de la patria.
Qué es mi patria
Y me respondo,
Nada convencional
Asimilable de las viejas tradiciones,
No son las prédicas patrioteras
Ni los textos escolares
Que hacían sagrado un pasado adulterado
Y personajes tan falsos
Como los etéreos discursos
De los viejos dictadores…,
Y de los nuevos.
Mi patria es
-Perdonen mi congoja-
No solo las fosas clandestinas,
Ni los índices Dow Jones que cierran en azul
Mientras millones se van a la cama sin comer,
La patria es
También
La banderita de papel colocada sobre la casita de cartón,
Los rostros sonrientes de los niños de mi escuela en arenal,
La mano encallecida del anciano que se fue a votar
Porque tal vez creyó que el cambio era posible
Aunque no le quede tiempo para verlo el mismo.
Mi patria es,
A veces,
Esquiva,
Como el susurro leve de la suerte,
Tan solo una promesa,
Un sueño nacional
De patria grande,
Pues para los auténticos patriotas
No hay patria pequeña,
Es esa patria que llevamos dentro
Sin necesidad de escarapela,
Apenas el vuelo libre de una gaviota
Sobre el mar gris y en el cielo opaco.
FUGA
Sobre mi patria doliente
Flamea la esperanza,
Se atizan los fuegos casi extinguidos de la justicia,
Renace la alegría
Como la ilusión de decirnos
Peruanos,
(“¡Piruanos! ¡carajo!”)
Y en algún lugar de esta tierra
Se escucha renovar ese voto solemne
Que la patria al eterno elevó.