martes, 23 de junio de 2009

Esquirlas de cielo



Soy el ave que espera,
glotona,
Los menudos de pan aderezados en tus manos,

El cantar de los ríos,
que aguarda silencioso,
el parto de las piedras que alimentan su cauce,

El sol que hiere inclemente mi garganta,
Con el polvo de los caminos,
Inmóvil y espeso,
Que lame mis botas cansadas y trashumantes.
Soy apenas el grito que desborda las montañas,
La eterna espera,
El viento que se aleja silbando,
Las flores que se derraman de mis manos
Mustias y breves.

Porque soy apenas luz tenue,
Rocío infinito,
Paz crepuscular,
Encierro de tristeza,
Huella de lágrima reseca sobre la mejilla
Recién besada por el infortunio y el olvido,
Nada soy sin ti,
Nada en la tierra deja de asemejar el color de tus ojos,
Nada espero,
Sino la esquirla de cielo que estalla entre tus ojos,
Ese trocito de nube que puedas regalarme
Como un emplasto de luz sobre mi pecho
Valle poblado de bosques blanquecinos,
Que aún late
Que aún vive
Y aún muere por ti.